-> go back to Biography

 

Arte y Espíritu en Expansión: Sofia Cruz y la Introspección como Recorrido Estético
Text for: Sofia Cruz Rocha, El misterio del numero 3, solo show at Galeria Enrique Guerrero.

Sofia Cruz Rocha realiza una de las escasas prácticas artísticas actuales en México que han vinculado la espiritualidad y la gran expansión global y multidisciplinaria de los recursos del arte contemporáneo desde la segunda mitad del siglo XX.

Sin la pretensión de un adoctrinamiento, al recorrer esta exposición, El Misterio del Número 3, de Sofia Cruz Rocha en la galería Enrique Guerrero, el visitante se enfrenta de manera sencilla e intuitiva y desde su propio modelo cultural a una narrativa no lineal que acaba por conformar una obra de arte total, recorrido donde se sugiere el secreto que esconden Aleph, Mem y Shin, letras madre de la Kabalah que representan el origen del universo, trilogía con la cual alcanzar la iluminación de la conciencia, eje conceptual de esta exposición y consecuencia del interés de la artista por la Filosofía Hermética. En palabras de la propia artista “...más allá de la carne del cuerpo, las emociones del corazón o los pensamientos de la mente, la introspección al interior de uno mismo llevan al encuentro con nuestro espíritu”.

Sofia utiliza en esta exposición herramientas del arte del siglo XX y XXI como esculturas, objetos, pinturas tradicionales así como digitales, instalaciones ambientales, impresiones en 3D, superficies holográficas e intervenciones a muro, elementos heterogéneos que demuestran cómo el arte contemporáneo del siglo XX ha pasado de la experimentación formalista a su plena aplicación cultural a principios del siglo XXI, como lo demuestra la búsqueda de Cruz Rocha por transmutar sus piezas en arte justo en el momento de su interacción con el espectador; inquietud que tiene como antecedente obras anteriores como Afecciones, 2014 o Este es el Jardín del Edén, 2016.

Sofia Cruz Rocha pertenece a la inmemorial tradición del vínculo entre arte y espiritualidad, y que ha desarrollado desde la modernidad nuevos caminos gracias a pintoras, médiums y místicas como Georgiana Houghton (1814-1884), Hilma af Klint (1862-1944) o la artista-sanadora Emma Kunz (1892-1963), quienes entran en contrapunto con la Teosofía difundida por Madame Blavatsky (1831-1891) o la Antroposofía de Rudolf Steiner (1861-1925), nuevas filosofías espirituales que en el siglo veinte generaron ecos o puntos de contacto artísticos con la Bauhaus, la comunidad Taliesin (1911-1959) de Frank Lloyd Wright (1867-1959) y organizaciones utópicas como la Sociedad Antroposófica iniciada en 1902, la de Monte Verità en Suiza fundada en 1912 o desde 1968, Auroville en la India, ejemplos estudiados por el artista mexicano Santiago Borja (1970).

En México, fue particularmente importante la llegada a principios de los años cuarenta de Remedios Varo (1908-63) y Leonora Carrington (1917-2011), pintoras que tenían entre sus intereses filosóficos las enseñanzas del maestro místico George Gurdjieff (c.1866-1949). Es a partir de Mathias Goeritz (1915-90) y sus Monocromos Dorados o Mensajes Metacromáticos que se perfilan los albores de la relación entre arte contemporáneo y su expansión multidisciplinaria respecto a la espiritualidad; ampliación que floreció de manera paralela en otras disciplinas como la tipografía mística diseñada por Fray Gabriel Chávez de la Mora (1929), quien trabajó en los Talleres EMAÚS, empresa creada por el abad progresista Gregorio Lemercier (1912-1987), además del diseño o restauración de templos por parte de arquitectos como Carlos Mijares (1930-2015), Ricardo de Robina (1919-?), Ignacio Díaz Morales (1905-92), Luis Barragán (1902-88), Pedro Castellanos Lambley (1901-1961), etc.

Anticipada por muy pocos artistas actuales en activo, como Néstor Quiñones (1967), o por Ariel Guzik (1960) - quienes tienen objetivos muy distintos sobre lo espiritual -, Sofia Cruz Rocha es probablemente la más joven artista en México que de forma consciente, dirigida y seria está fusionando su práctica artística y despertar espiritual con las herramientas del arte contemporáneo de la transición entre siglos, proceso que es uno de las coyunturas culturales que comienzan a redefinir la función social del arte durante el siglo XXI.

Eduardo Egea